BANDA EN FUGA

Un auto que se para averiado en el medio de un camino sin asfaltar, otro que se detiene detrás, y cinco hombres que bajan del segundo coche, se entabla un diálogo con los del primero, discuten, hay un forcejeo y de pronto, uno de los que iban en el primer auto se encuentra con un cuchillo que se acerca peligrosamente a su cuello.
La mujer del hombre amenazado grita, pide por favor, no sabe qué decirles a los maleantes para que suelten a su marido, que lo dejen ya, las palabras se le atragantan y del alma le sale la frase mágica: "¡Suéltenlo, es el Beatle Paul...!".

Un estudio de grabación a medio terminar, en un sitio donde llueve todo el tiempo, hay mala onda y un gobierno militar.
Es un país de Africa, Nigeria y esto pasa en su capital, Lagos.
Dos integrantes de una banda que deciden bajarse de ella unos días antes de viajar con el resto del grupo y sólo quedan tres: marido, mujer y otro más.
Hay que grabar un disco, con la banda diezmada, ¿Qué más podría pasar?
¿Algo peor? sí, el día del incidente del cuchillo, el botín del atraco fueron unos casetes, que valían más que el oro, eran los demos del nuevo disco de Wings.
Y todo vuelve a fojas cero, memorizar las canciones. Qué trabajo, pues no tanto, los temas fueron compuestos hace muy poco. Es el verano de 1973 y Paul McCartney y un reducido Wings ya han pasado lo peor.
Paul, con Linda y Denny Laine, ahora son los  únicos integrantes de la banda, y se preparan para grabar en ese estudio que EMI está construyendo en Lagos, capital de Nigeria.
"Pensaba en que íbamos a pasar unos días de verano en un paraíso, playa y sol por el día, grabación por la noche. Idílico. No contaba con que íbamos a un país donde gobernaba una junta militar y que el estudio estaba a medio hacer..."
En esas condiciones ¿Qué se podía hacer?
Se podía y se pudo: crear y concebir el mejor disco solista de un músico que integró una banda que se llamó Los Beatles.
En este entorno funesto se grabó "Band On The Run", de Wings, el grupo que Paul McCartney formó en 1971 para salir nuevamente de gira  por lugares recónditos, prescindiendo del gran aparato de la industria y para sacudirse de su cabeza a los fabulosos cuatro.

Hace pocos días ha salido a la venta una nueva edición de este clásico de la música pop, con bonus tracks en un segundo disquito de versiones que no habíamos escuchado antes y la filmación del making of del disco, en un tercero que es un DVD.
Hay también una edición para coleccionistas, esa que produce escalofríos cuando uno la ve en las bateas, con un libro de fotos inéditas, acceso a descarga del disco en digital y en alta definición: ¿Cómo y los CDs no son en alta...?
También se ha editado en vinilo de 180 gr.
¿Qué contar de ese álbum en 2010? Que aún sigue siendo una maravilla, que los temas son de una calidad extrema y que no ha perdido frescura a 37 años de su lanzamiento original.
Es el disco que da la pauta del porqué del éxito ininterrumpido de Paul McCartney, es que aquí el bajista de la pretty face vuelve a ser un Beatle, se sacude la melena y se reconcilia con el Paul del bajo hoffner, haciéndolo sonar como en las épocas del álbum Abbey Road de Los Beatles, cantando melodías que remiten a Beatles, con una banda desmembrada que suena como si fueran muchos más.

Vi a Paul hace unos días tocando algunos temas de este disco en el show de Jools Holland y se me erizó la piel, como cuando en 1974 entré a una disquería de mi pueblo natal y pedí "Dame Banda en Fuga, el último de Wings..."

Comentarios

  1. Soberbia nota, la disfruté a pleno.
    Si bien ya conocía la anécdota del "beatle Paul", Ud. me la refrescó como si hubiese sucedido ayer.

    Abracísimos.

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